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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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17-02-2019

EL HOMBRE QUE QUISO SER REY

Avión militar de Estados Unidos C-17 descargan la "ayuda" humanitaria en Cúcuta, C-17. Foto Afp

SURda

Opinión

Venezuela

TATO LOPEZ

 

Uno no tiene que jugar muy bien, es suficiente jugar mejor que el oponente.

Siegbert Tarrasch

 

Con elecciones generales en todas las instituciones sin proscripciones, con amnistía y garantías internacionales. Sin investiduras de “mediadores” vinculadas al ejercicio de “la verdad”, sino al de la regularidad y transparencia sobre el funcionamiento de los acuerdos convenidos, que sea un operador de derecho en lugar de un operador apofántico.

 

Sobre los últimos episodios acontecidos en Venezuela, y el probable desarrollo de las hipótesis que se tejen sobre sus eventuales desenlaces trágicos, solo resulta disparatado nuestra incapacidad de pensarlos. En esta nota nos limitaremos a examinar algunos de los dispositivos de discurso que pretenden reproducir verdad en el interior de esta disputa, y enmascaran otras.

Me sorprendió la coincidencia con las declaraciones de José Mujica dentro del ámbito institucional, es como si una horrible medialuna convexa y solar que cobija a unos y a otros, lo hiciera analizar sin banalidades ni pormenores, la situación dramática en que se encuentra este país hermano. Seguramente la resaca de todo lo sufrido, le aporte otra lucidez que emerge de su pasado.

No se trata de salir airoso con alegatos vacíos, como la retórica del mecanismo de Montevideo, tan lábil que debió de ser solapado con algunas demandas de la Unión Europea, como peaje ante la ausencia de compromisos serios con la búsqueda de una salida negociada.

Los mass media son especialistas en manipular opinión, desplazando la centralidad de la crisis a la legalidad y/o legitimidad de esta ordalía dramática que protagonizan todos los involucrados, que investiría de razones a unos y se las escamotearía a otros, enmascarando la aridez de la lucha despiadada por el poder, despolitizándola o enrareciéndola.

La posición de Mujica sobre una transición que diera garantías en un proceso de relegitimación institucional en Venezuela, con la supervisión de la ONU, trajo como consecuencia un repudio tan unánime de sectores de izquierda radical, como tan ausente de propuestas alternativas a un eventual desenlace armado, investido de invasión, o golpe de estado y guerra civil,

Retórica vacía y recurrente que no hace más que llevar caudal a la visceralidad de quienes se colocan en la centralidad de un desenlace dramático que sufrirán otros (y no precisamente la nomenclatura Madurista).

Resulta engorroso ceder a la seducción del “ encanto” de la palabra revolucionaria, que recuerda la ironía ácida de Lenin: ” Son hijos de  pathos  (la teatralidad, el dramatismo) y no de  logos , la palabra razonada. De ahí su grandilocuencia. Nada se asemeja más a un fraseólogo revolucionario que otro fraseólogo revolucionario. Parece que estudiaran juntos y prepararan sus deberes juntos. De ahí lo aburridos que pueden ser cuando se unen dos o tres de ellos en paneles de opinión, o actos públicos. Se alimentan de tensiones y crisis… externas. Nuestros fraseólogos disponen de efectivos catalejos, pero no distinguen bien su realidad inmediata.  “A propósito de la fraseología revolucionaria”, Op. Cit., p. 22.

¿Que decir entonces de la derecha Republicana y sus aliados vernáculos del Grupo de Lima y la burda ortopedia de Juan Guaido como “Presidente Encargado”?. Un muchachón inepto, sin historia ni memoria ,y adalid de los intereses espurios de la Casa Blanca.

Además da cuenta de lo precaria y a la vez muy peligrosa situación en que se encuentra posicionado el Departamento de Estado que ve perder su hegemonía geopolítica, hacen evocar el ingenio literario de Rudyard Kipling en su novela ficción El hombre que quiso ser rey .

Lo del” Presidente Encargado”, parece irse desvaneciendo progresivamente por su propia ineptitud, incluso anunciando y sacándose fotos con “ayuda humanitaria” ,que había ingresado con aquiescencia del gobierno en diciembre de 2018,extremo que obligo al periódico opositor el Nacional a exponerlo ante tal dislate.

En tanto sus aliados socialdemócratas en la Asamblea Nacional parecen ir tomando distancias, y aunque el gobierno parece salir fortalecido de este primer round, en virtud que ha logrado sostener durante los últimos meses, su cadena alimentaria clientelar, para quienes posean el carnet de la patria, a través de las “bolsas CLAP” ( Comité Local de Abastecimiento y Producción) que se distribuyen por una estructura vertical que organizan las FANB, a costos irrisorios o sin contraprestación.

Pero estas permanentes tensiones, paralizan al Madurismo para poder atender el ciclo recesivo de la economía, que ha caído en reproducción simple, en un modelo extractivista sin capacidad extractiva, extremo que lo coloca en un umbral de sobrevivencia desesperado, que repetirá de manera escatológica (en la acepción griega e hispánica) un nuevo ciclo de confrontación en una sociedad cada vez más polarizada y empobrecida, simbólica y materialmente.

Los sectores básicos de la economía están paralizados, la capacidad de extracción y refinación de PDVSA ya se ha desplomado a menos de un millón de barriles y continúa en caída libre. El cemento no existe y la otrora pujante Siderúrgica del Orinoco (SIDOR) está paralizada.

Sin embargo, decir que el actual gobierno chavista, en franca decadencia, es una dictadura, es un verdadero abuso del lenguaje, pero definirlo como un “gobierno popular”, también lo es.

El chavismo es la constatación trágica de la imposibilidad de un retorno al estado de bienestar social. Consagró mejoras redistributivas tan incuestionables como desconocidas para los sectores más desposeídos de la sociedad en tanto tuvo ciertas condiciones de posibilidad de hacerlo en la primer década de su ejercicio, pero también trajo , como en las flores del mal de Baudelaire, “la herida y el cuchillo, la víctima y el verdugo”, encarnadas como un bonapartismo burrero, que se va asfixiando de a poco, junto con sus estamentos de la nueva burguesía parasitaria enriquecida, y su enorme aparato burocrático e inoperante, salvo para inteligenciar la sociedad y al decir de Jacques Derrida hacer de la política,” ese sucio juego que divide amigos y enemigos” .

En esta confrontación el oficialismo parece empecinarse en arrastrar en su ciclo terminal a importantes sectores que le dieron sustento, que quedaran inermes ante una confrontación criminal y desigual, que traerá de manera ampliada, un nuevo disciplinamiento de carácter fascista.

SOBRE LA LEGALIDAD Y SU CORRAL DE RAMAS

En la historiografía venezolana se registran 24 Constituciones aprobadas y cinco Republicas diferentes desde 1811 hasta 1999.

Durante la Segunda República coexistieron la formación en el territorio venezolano liberado de dos gobiernos o centros de poder, uno en Caracas, bajo el mando de Bolívar, y otro en Cumana, encabezado por Santiago Mariño,y la Tercera República fue consecuencia de la disolución de la anterior, todas ellas se instalaron ante la necesidad de consagrar un operador simbólico que hiciera las veces de permutador de la fuerza por el derecho.

Lo aleccionador de la crisis política venezolana, es consecuencia del agotamiento de los mecanismos dilectos de representación de la democracia parlamentaria burguesa para mantenerse en el poder, luego de una larga agonía que colapso luego del Caracazo en 1989 y el advenimiento del chavismo en el poder.

Sin embargo este, no mostro capacidad ni decisión para barrer los intereses de esta burguesía parasitaria en crisis de la cuarta república, y sustituirla por una democracia social, que aunque la postuló, jamás pudo materializarla. Dando lugar a análogas modalidades de representación política, postulando una democracia participativa que terminó desmovilizando a sus principales postulantes, o cooptando a sus dirigentes más visibles, para dar origen a una nueva franja de clase burguesa, emergente de sus propias entrañas que replicó a la anterior, pero de extracción más plebeya y discursivamente más radicalizada

Definitivamente lo que está en juego tiene un contenido premonitorio que ya comienza a materializarse en todo el continente para el neoliberalismo. Al abrirse paso presidentes mutantes como Bolsonaro , ya no es atractiva la economía política de fuerzas de décadas anteriores, pues descansaba en otros asientos económicos que le obligaba a hacer concesiones a los sectores que producían riquezas sin poseerla, a través del voto universal y directo.

Esto parece estar llegando a su fin, junto con el viejo paradigma parlamentario que logró dar alternancia durante décadas a partidos de la burguesía, como Acción Democrática o COPEI en Venezuela, a través de pactos de exclusión que hace, además de imposible, innecesaria su materialización actual.

El drama del Chavismo fue la imposibilidad de la “revolución bonita” y la postulación del socialismo que tanto seduce discursivamente, logrando efectos inversos a los postulados que lo precedían, y que terminaran alejando más el horizonte de su concreción en nuestras sociedades, cada vez más dependientes y empobrecidas

Si no fueran tan dramáticos los peligros latentes de una guerra insensata, diríamos que la situación actual pasa sucesivamente del sainete a la tragedia, y abona en aquello de la historia repetida dos veces del 18 brumario.

Esto recuerda al sisma de occidente que provoco la división de obediencias en la Cristiandad y se extendió por más de tres décadas y solo pudo ser resuelta luego de cruentas guerras, desechando la Via facti en 1378 tras el primer recurso a las armas, y al tiempo de este, se intentaron otras vías para la reconciliación: la primera de ellas es la  via cessionis , que pretendía que uno de los dos papas, o los dos, abdicaran; la segunda era la  via compromossionis , con la que se aceptaba el arbitraje de un tercero y se acataba la decisión final de este; y finalmente la  via concilii , que consistía en que los dos papas debían aceptar el juicio de un concilio ecuménico .

Desde Montesquieu hasta nuestros días, el estado de derecho tiene condiciones de existencia, en tanto tenga legitimidad el “soberano”, investido con diversos estatutos,

El estado de derecho materializado en el soberano, prevenía que un individuo al causar un daño a otro. Había siempre  a fortiori , un daño a la soberanía, a la ley, al poder. Cuando este operador simbólico pierde legitimidad, suceden condiciones de posibilidad, de rupturas y discontinuidades. Irónicamente, para los apologistas de la “soberanía”, por demás comprometida dentro de la distribución capitalista, para un país que está en vías de perder por tres décadas la autodeterminación de la colocación de sus hidrocarburos, comprometidos por deudas con China y, de haber cedido más del 40 por ciento de sus activos de CITGO en EEUU a la Empresa Petrolera Rusa Rostnef.

¿Que efectos inmediatos tendría cualquier ruptura, a que intereses pondría en ventaja en caso de una desenlace incruento?

El chavismo, en tanto detenta los mecanismos del poder en sus manos, está en condiciones de seguir imponiéndose en estas escaramuzas con la oposición, pero eso no hará más que diferir su ciclo terminal para hacerlo más trágico.

Su propia estructura de partido único ha sido incapaz de estimular una oposición con la cual confrontar y dialogar para ver en forma especular sus propios dislates, cada confrontación por su sobreviviencia no hace más que ratificar su propio aislamiento y recurre en la vieja cantinela macartista que demanda la incondicionalidad a sus consignas que provienen de la usina de su nomenclatura.

Parecería que la fragilidad y la obsolecencia del dispositivo de Partido único, fuera la aplicación de la misma receta del Partido Comunista Cubano, pero en otro despliegue, que coincide con el abandono progresivo de sus mentores.

Sin embargo el chavismo seguirá sobreviviendo como sentimiento que se instaló en la referencia de una parte importante de la población más desposeída, y comprometer la permanencia de ese legado. También estará involucrada con la constatación que aquello que hoy le da legitimidad es la propia derecha encarnada en Voluntad Popular, la más recalcitrante y torpe de la oposición. Que esta misma confrontación se desarrolla al borde de un precipicio por el cual puede desbarrancar abrazado a su antagonista, en tanto no logre cooptar a actores políticos del chavismo crítico y a sectores de la oposición, cuya fragilidad orgánica, los hacen ser furgón de cola de los recalcitrantes .

Cuando la “legalidad” se convierte en un ariete para la exclusión eventual, mal resultado puede dar para ser operador simbólico de un desenlace negociado,

Evitar cualquier confrontación que suponga una invasión o una guerra interna es la única alternativa posible. Rechazando los chantajes de la derecha internacional, que trata de imponer condiciones humillantes e inaceptables para el chavismo, como” presidentes encargados” puestos a dedo por la Casa Blanca, o diputados de la Asamblea Nacional que han clamado por el embargo internacional para agudizar la difícil situación de penurias de su población a extremos de la desesperación, para luego postular la “ayuda humanitaria”, forman parte de una provocación que parece postular una negociación en nombre de la legalidad para instigar la confrontación más dramática.

La oposición, en todas sus variantes, debe de reconocer el derecho a la existencia del chavismo, al igual que este deberá convivir con la incómoda existencia de la oposición.

Ceder espacio al debate de la legitimidad de la Asamblea Nacional o de la Asamblea Constituyente es poco menos que imbécil. Es un corral de ramas, una trampa fatal al debate y seria aceptar el corral de ramas de la legalidad de la Pax Romana que quiere imponer el Pentágono. Pero el tiempo se agota y abona en las peores hipótesis, y con él se esfuman las posibilidades de pensar en una Sexta República y una nueva asamblea constituyente, sin argucias constituidas. Con elecciones generales en todas las instituciones sin proscripciones, con amnistía y garantías internacionales. Sin investiduras de “mediadores” vinculadas al ejercicio de “la verdad”, sino al de la regularidad y transparencia sobre el funcionamiento de los acuerdos convenidos, que sea un operador de derecho en lugar de un operador apofántico.

 

 

TATO LOPEZ




 


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